Las problemáticas de de sobrepeso, obesidad y sedentarismo, las cuales han tenido directas consecuencias sobre Enfermedades crónicas No-Transmisibles (ENT) se han vuelto el centro de atención en las agendas de gobierno e investigadores pues las ENT, según la Organización Mundial de la Salud, son enfermedades de larga duración, lenta progresión, que no se resuelven espontáneamente y que rara vez logran una curación total.

El rápido aumento de las ENT también se relaciona con los trastornos que afectan la salud mental, la OMS, sugiere que se realicen acciones inmediatas para la promoción y prevención de los factores relacionados a las ENT, pues estas traen consigo impactos sociales, económicos y sanitarios que han aumentado en los últimos veinte años; además a pesar haberse implementado varias estrategias, los resultados son poco alentadores en países con bajos y medianos ingresos como es el caso de Colombia, además frente a la reciente pandemia por Covid-19 se han retrasado todas las implementaciones realizadas.

Durante el aislamiento preventivo por Covid-19 la población mundial ha tenido que cambiar su estilo de vida, lo que ha impactado en su salud física y mental; en estos cambios de estilo de vida se ha observado un aumento de tiempo de televisión, uso de internet y participación en videojuegos y asimismo se ha notado la reducción de actividad física y aumento de actividades sedentarias. Lo que indica que las diversas estrategias para prevenir el contagio del Covid-19 desencadenan en una serie de hábitos poco saludables que empeorarán la salud física y mental de las personas; específicamente en poblaciones vulnerables como niños y mujeres.

Algunos de los síntomas se asocian al estrés, estados emocionales de miedo, dificultad para conciliar el sueño y presencia de síntomas de ansiedad. Además, el miedo a que algún familiar, amigo o sí mismo contraiga este virus; lo cual ha provocado experimentar altos niveles de incertidumbre, sentimientos de soledad y en muchos casos, preocupación financiera. Lo que puede llevar a considerar a la actividad física como una alternativa plausible para mitigar y prevenir los efectos de los hábitos poco saludables.

Estudios recientes del contexto de la pandemia han identificado una correlación positiva entre la actividad física y el bienestar mental, lo que reporta mejores estados emocionales si se realiza una actividad física entre intensidades moderadas-vigorosas, además estos estudios identifican que la autopercepción de las personas sobre su SM era positiva si hacían ejercicio al aire libre y limitaban su tiempo frente a la pantalla.

En los adultos mayores la AF mejora sus estados emocionales y permite un desarrollo cómodo de su adultez y vejez, mientras que en los niños y adolescentes es posible evidenciar una relación causal entre la AF y en el fortalecimiento del funcionamiento cognitivo.

Los procesos sociales de Apropiación Social del Conocimiento en el marco de este proyecto de investigación se han realizado de manera conjunta con la fundación Enfances 2/32 que trabaja con niños, niñas, adolescentes y madres de escasos recursos, víctimas del conflicto armado en Colombia. En Enfances 2/32 se llevó a curso un diagnóstico con el objetivo de identificar los agentes y las necesidades de la población, durante este proceso se logró determinar un punto común entre los objetivos de la investigación y las necesidades de la población. Posteriormente se realizaron actividades con niños, niñas, adolescentes, jóvenes y madres de familia, en las que se resaltó la importancia del juego para propiciar el desarrollo cognitivo, físico y emocional; también como la herramienta por excelencia para realizar Actividad Física.
A modo de conclusión es pertinente resaltar que los resultados obtenidos hasta el momento son resultado de una extensa investigación de la evidencia, que ha sido llevado a la práctica por medio del trabajo en comunidad, principalmente con la fundación Enfances.